Estimados hermanos, los saludo con gusto, esperando que se encuentren en buena salud y prosperando en todo.
El domingo pasado prediqué ante la congregación por qué es que tenemos nosotros los creyentes en Cristo el pacto de Abraham y cómo todas esas bendiciones ahora nos pertenecen, sin embargo, es importante saber que un pacto es un contrato con cláusulas, ¿este pacto lo tiene? veamos.
Leamos antes que nada Gálatas 3:7-14
“7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero , 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”.
I.- Pueblo de Dios—Gentiles—Iglesia
Antes de la venida de Cristo, la Biblia nos habla de que Dios veía el mundo en dos grupos: el pueblo de Dios (Israel) y los gentiles o las gentes. El pueblo de Dios lo conformaban los descendientes de Abraham con quien Dios hizo pacto de hacerlos una nación de sacerdotes, mientras que las gentes eran el resto de la tierra, con quien Dios no tenía pacto y que se guiaban conforme a sus pensamientos, como lo relata la Biblia.
Con la venida de Jesús, surge un nuevo grupo, se trata de la iglesia de Cristo que está conformada por los creyentes, Juan 1:11-12 dice “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Esto nos muestra que hay personas que son “creación de Dios” y quienes son “hijos de Dios", no todos son hijos de Dios según esta escritura, sino quienes le recibieron, que son a su vez la iglesia de Cristo.
Este nuevo grupo que es la iglesia, debido a que por fe confió y creyó en Jesús, es ahora merecedora por medio del sacrificio de Cristo al pacto de bendición que Dios hizo con Abraham en Génesis 12. Jesús nos abrió las puertas para que la bendición de Dios nos alcanzara, por eso Pablo nos dice que “los que son de fe son hijos de Abraham” y cuando tenemos fe en Jesús y seguimos sus enseñanzas entonces estamos en la misma posición que Abraham.
II.- El pacto con Dios
Es sorprendente, pero a veces pensamos que Dios tiene la obligación de ayudarnos porque es Dios, pero lo que la Biblia enseña es que lo que mueve a Dios es la fe, no la lástima. Por eso verás que cuando comienzas a caminar en fe se moverá la mano de Dios, te darás cuenta que cuando comienzas a leer la Biblia, ayunas, oras y das testimonio, está ocurriendo algo que antes no, victorias que no podías alcanzar ahora llegan y esto es porque la fe está llegando a tu corazón.
Dios le pidió algo a Abraham, no fueron solamente deseos, sino hechos, Dios le pidió a Abraham que obedeciera.
A veces queremos que Dios nos saque de un problema sin hacer nada, o esperamos a que otro pida por nosotros, pero el que tiene que pedir y hacer las cosas eres tú, Dios a mi me va a pedir ciertas cosas pero a ti te pedirá otras porque va a tratar contigo y es que Dios quiere ayudarte pero necesitas tener fe y esa fe te va a llevar a actuar
¿Qué le pidió Dios a Abraham en este pacto?
Dios le dijo: vete de tu tierra, de tu parentela.... Continuará
No te pierdas la siguiente entrega de esta entrada suscribiéndote con tu correo electrónico en la casilla de la columna de la derecha o estando al pendiente en esta web y en las redes sociales..
0 Comentarios