Como periodista que soy, en mi rutina diaria reviso medios locales, nacionales e internacionales y recién leí una nota sobre una persona que murió al comer 50 huevos para ganar una apuesta de ¡menos de 30 dólares!, murió "por exceso de comida", según declararon los médicos.
En la Biblia noto un interés especial de Dios por la comida, hay muchas referencias hacia qué comer y qué no comer: "no comas de ese árbol", "no puedes comer de animales impuros", "cuidado con la levadura de los fariseos", etc. Muchas alusiones a la comida.
Pero...¿en realidad se trata de comida?
Mucho hemos escuchado acerca de "todo me es lícito pero no todo me conviene", esto podría aplicarse también al asunto de la comida, si abusamos de alimentos azucarados por ejemplo, nos exponemos a desarrollar diabetes y obesidad entre otras enfermedades, por eso es necesario elegir alimentos por su calidad nutritiva, que aporten cosas buenas a nuestro cuerpo físico. También la Biblia nos enseña que el ser humano es "alma, cuerpo y espíritu" y de la misma forma en que alimentamos el cuerpo físico, también lo hacemos con el alma y el espíritu. Sí.
El Señor Jesús dijo "no solo de pan vivirá el hombre" y hace luego alusión a la palabra que sale de la boca de Dios (la cuál está escrita en la Biblia). Nosotros también nos alimentamos de lo que vemos, leemos y escuchamos, ese alimento entra por nuestros ojos y oídos y se procesa en el corazón de donde salen las acciones buenas y malas, de acuerdo a lo que el mismo Señor declaró en los evangelios (Mateo 15:19).
Cuando recién comemos y nos levantamos de la mesa, olemos al alimento que acabamos de consumir ¿verdad?, así cuando nuestro espíritu y alma se alimenta también emana su esencia y sí...por la boca. El Señor Jesús lo dijo: "De la llenura del corazón habla la boca", esto quiere decir que de los pensamientos que tengas vas a hablar y estos pensamientos vienen tras la "digestión" de lo que has metido a tu corazón a través de tus sentidos. ¿Me estoy dando a entender?.
La forma de saber qué alimentos estamos dando a nuestra alma y espíritu es por lo que hablamos. Cuando una persona está en contacto constante con palabras groseras, por ejemplo, pronto estará hablando igual. Cuando se está en contacto constante con quejas, seguramente se terminará hablando quejas al final del día o en un momento de crisis, porque el corazón se está llenando de estos alimentos.
Por lo anterior, Dios nos llama a cuidarnos de lo que comemos en los tres niveles: espíritu, alma y cuerpo. Si nos alimentamos con la Palabra de Dios tendremos fe, pues la Biblia dice que la fe viene por el oír y el oír de la palabra de Dios. Si escuchamos mensajes de fe, de éxito, de esfuerzo, de que todo es posible en Dios, entonces estaremos motivados y bien alimentados. Por el contrario si llenamos nuestro corazón de música depresiva, de series de televisión fatalistas, o de las quejas que inundan las redes sociales, seguramente pronto "eructaremos" el producto de esa "comida" y la verdad es que a nadie le gustan los eructos.
Entonces, aunque todo nos es lícito o permitido, debemos seleccionar lo que llevamos a nuestro corazón y también a la boca, porque ¿de qué nos sirve tener una alma y espíritu saludable si el cuerpo físico se encuentra al borde del colapso por una mala alimentación?. Aprendamos a ser sabios, prudentes y disciplinados, pues al final del día todo esto se traducirá en nuestro estilo de vida y pienso que a todos nos gusta vivir bien.
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En la Biblia noto un interés especial de Dios por la comida, hay muchas referencias hacia qué comer y qué no comer: "no comas de ese árbol", "no puedes comer de animales impuros", "cuidado con la levadura de los fariseos", etc. Muchas alusiones a la comida.
Pero...¿en realidad se trata de comida?
Mucho hemos escuchado acerca de "todo me es lícito pero no todo me conviene", esto podría aplicarse también al asunto de la comida, si abusamos de alimentos azucarados por ejemplo, nos exponemos a desarrollar diabetes y obesidad entre otras enfermedades, por eso es necesario elegir alimentos por su calidad nutritiva, que aporten cosas buenas a nuestro cuerpo físico. También la Biblia nos enseña que el ser humano es "alma, cuerpo y espíritu" y de la misma forma en que alimentamos el cuerpo físico, también lo hacemos con el alma y el espíritu. Sí.
El Señor Jesús dijo "no solo de pan vivirá el hombre" y hace luego alusión a la palabra que sale de la boca de Dios (la cuál está escrita en la Biblia). Nosotros también nos alimentamos de lo que vemos, leemos y escuchamos, ese alimento entra por nuestros ojos y oídos y se procesa en el corazón de donde salen las acciones buenas y malas, de acuerdo a lo que el mismo Señor declaró en los evangelios (Mateo 15:19).
Cuando recién comemos y nos levantamos de la mesa, olemos al alimento que acabamos de consumir ¿verdad?, así cuando nuestro espíritu y alma se alimenta también emana su esencia y sí...por la boca. El Señor Jesús lo dijo: "De la llenura del corazón habla la boca", esto quiere decir que de los pensamientos que tengas vas a hablar y estos pensamientos vienen tras la "digestión" de lo que has metido a tu corazón a través de tus sentidos. ¿Me estoy dando a entender?.
La forma de saber qué alimentos estamos dando a nuestra alma y espíritu es por lo que hablamos. Cuando una persona está en contacto constante con palabras groseras, por ejemplo, pronto estará hablando igual. Cuando se está en contacto constante con quejas, seguramente se terminará hablando quejas al final del día o en un momento de crisis, porque el corazón se está llenando de estos alimentos.
Por lo anterior, Dios nos llama a cuidarnos de lo que comemos en los tres niveles: espíritu, alma y cuerpo. Si nos alimentamos con la Palabra de Dios tendremos fe, pues la Biblia dice que la fe viene por el oír y el oír de la palabra de Dios. Si escuchamos mensajes de fe, de éxito, de esfuerzo, de que todo es posible en Dios, entonces estaremos motivados y bien alimentados. Por el contrario si llenamos nuestro corazón de música depresiva, de series de televisión fatalistas, o de las quejas que inundan las redes sociales, seguramente pronto "eructaremos" el producto de esa "comida" y la verdad es que a nadie le gustan los eructos.
Entonces, aunque todo nos es lícito o permitido, debemos seleccionar lo que llevamos a nuestro corazón y también a la boca, porque ¿de qué nos sirve tener una alma y espíritu saludable si el cuerpo físico se encuentra al borde del colapso por una mala alimentación?. Aprendamos a ser sabios, prudentes y disciplinados, pues al final del día todo esto se traducirá en nuestro estilo de vida y pienso que a todos nos gusta vivir bien.
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