Oración: fundamento para el éxito

Ahora pues, oh Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus ruegos, y por amor de ti mismo, oh Señor, haz que resplandezca tu rostro sobre tu santuario desolado. Daniel 9:17

En la historia bíblica podemos ver que hombres y mujeres que fueron llamados por Dios para cumplir  con un gran propósito, tuvieron que enfrentar en determinados momentos de sus vidas con grandes retos y hasta oposición. Un claro ejemplo es Daniel, un joven que fue escogido para levantar el nombre de Dios grandemente.

Hay que ser concientes de que, quien sirve a Dios, como Daniel por ejemplo, tiene acceso a una gran promesa que podemos leer en Isaías 52:13 "He aquí que mi siervo triunfará. Será engrandecido y exaltado, y será muy prosperado". Ese es precisamente el deseo de Dios para todos los que son llamados a servirle.

Pero para que esto se mantenga tenemos que poner en nuestra vida el fundamento de una vida de oración. Daniel, por ejemplo, tenía el hábito de orar 3 veces al día.

En Daniel 6:10 podemos leer "Cuando Daniel supo que el documento estaba firmado entró en su casa y, con las ventanas de su cámara abiertas hacia Jerusalén, se hincaba de rodillas tres veces al día y oraba y daba gracias a su Dios como lo solía hacer antes".

Daniel sabía que quien le había permitido llegar a ser uno de los principales funcionarios era Dios y que solamente manteniendo una correcta relación con su creador, a través de la oración, podía mantener su nivel de prosperidad.

Necesitamos fundamentar nuestra vida y éxitos en la oración

Cuando leemos el capítulo 6, nos damos cuenta cómo Daniel fue librado de la envidia de sus enemigos a través de mantener esa comunión y fidelidad con Dios a través de la oración. Yo te invito a que establezcas el hábito de la oración como un fundamento en tu vida.

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