¿Puede el hombre caminar sobre el agua?, ¿Por qué se hundió Pedro?
A lo largo de mi vida cristiana he escuchado muchos mensajes sobre este pasaje que se encuentra en
Mateo 14:22-32. Tener la costumbre de anotar mientras el pastor predica es un muy
buen hábito que nos ayuda en nuestra
vida devocional porque la Palabra es "viva y eficaz".
Sin embargo hoy me gustaría comparar este pasaje a lo que es
la esencia de la vida de fe. Siempre me ha hecho eco cuando
leo al señor Jesús diciendo "hombre de poca fe", especialmente cuando vemos a un Pedro que
en lugar de tener temor como el resto de los discípulos, se atreve a decirle a Jesús que si es Él, entonces "que pueda también caminar sobre el agua",
¡genial!
La vida de fe es así. Creemos que
si Dios lo dice en su palabra podemos tener entonces la certeza de que
sucederá, es por eso que nuestra fe está basada no en tradiciones ni suposiciones, sino concretamente en la
Palabra de Dios escrita en la Biblia, sí, creemos que lo que Dios dijo es la verdad y confiamos en ella y por ello confiamos en que las
más de 3 mil promesas ahí escritas son reales, están vigentes y se cumplen.
El mismo Señor se sujetó a lo escrito en la Palabra, contestó al diablo en el desierto con lo escrito en la Palabra, cumplió todo lo que estaba escrito sobre Él (Juan 19:30) y Él mismo confió en la promesa de que se levantaría de los muertos pasado el calvario. Nuestra fe está puesta en su palabra.
En uno de los recorridos de Jesús, unos hombre se acercaron para pedirle que sanaran al empleado de un romano muy importante,
Jesús pidió que lo llevaran a su casa pero el hombre mandó decir "Dí
la palabra y mi siervo sanará", entonces
Jesús se sorprendió por la fe de ese hombre. Vemos exactamente lo mismo que ocurrió con Pedro, tanto el romano como el apóstol pidieron a Jesús que diera la Palabra pues sabían que lo que dijera ocurriría, pues es Dios.
En
Santiago 1:6, se
describe al que duda "como una ola del mar" y en el siguiente versículo le llama "
persona de doble ánimo", que fue precisamente lo que le pasó a Pedro; primero se animó con la palabra y la creyó, pero después se desanimó y se hundió, dejó de confiar.
¿Tienes tu fe en lo que Dios te ha dicho a través de su palabra?, persevera y camina en esa fe. Recuerda que la fe no niega los hechos, pero es capaz de transformar la realidad.
Ahora bien, si ignoras las promesas que Dios ha dado a quienes confían en Él, entones
es tiempo de buscar tu biblia, tomar tu marca textos y comenzar a buscar la Palabra que Dios ya dijo para tí y que sigue vigente.
En esta vida de fe
es indispensable congregarte con personas que caminen también sobre las aguas,
personas que unan su fe a la tuya para poder levantarte cuando pienses que te hundes. Mis pastores han sido personas
claves en mi vida de fe y ahora como mentor he podido también
sujetar la mano de personas que en algún momento sintieron que se hundían pero que juntos llegamos a la barca sanos y salvos y disfrutamos de la bonanza y la fidelidad de Dios.
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