Tener una visión, es decir, imaginar y dibujar en nuestra mente cómo será nuestro futuro, genera en nosotros una esperanza en el mañana y esa esperanza se convierte en un motor que nos impulsa a avanzar con fe para hacerlo realidad.
Las personas que desarrollan esta capacidad son llamados “visionarios” o “soñadores”. Un soñador es alguien que puede ver más allá de su realidad actual, a pesar de la situación que esté atravesando en su presente pone su mirada en el futuro y avanza con la certeza de que su visión, su sueño, es posible y se hará realidad.
El hecho de percibir el futuro mediante una visión clara, ayuda a los soñadores a llegar ahí, a materializar cada uno de sus sueños y anhelos. Para muestra de esto basta con echar una mirada a los inventos de visionarios del pasado que soñaron con mayores comodidades para la humanidad y de ahí tenemos la bombilla eléctrica, la computadora, la televisión, en fin, todos los artículos que usamos hoy de manera común nacieron de un sueño de alguien: de una visión.
Jeremías 29:11 en la versión Palabra de Dios para Todos dice así: “Sé muy bien lo que tengo planeado para ustedes, dice el SEÑOR, son planes para su bienestar, no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza”.
Como vemos, los pensamientos o planes de Dios son para nuestro bienestar y no para nuestro mal, esos planes son para que tengamos “un futuro y una esperanza”, claramente entendemos que Dio no busca nuestro mal, por el contrario, él planea todo lo bueno para nosotros, pero aquí es donde entra nuestra visión, en que esta debe ser de esperanza en un futuro.
Veamos lo que dice este mismo versículo en la Versión Reina-Valera 1960: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
Si observan, en esta versión claramente el Señor expresa que sus pensamientos de bien y no de mal son para darnos “el fin que esperamos”, esto quiere decir que de acuerdo a lo que veas en tu futuro, lo que esperes, lo que sueñes, es como tejes tus días por venir.
Por lo anterior entendemos que hay dos tipos de visionarios o soñadores:
- Los que ven un futuro donde hay algo mejor
- Los que ven un futuro donde hay algo peor
Ambos visionarios esperan algo, ambos ven en su imaginación, en su interior, un futuro, pero como hemos leído ya, es el futuro de esperanza, de bien, de bendición, de éxito, de prosperidad, de salud, el que está alineado con la voluntad de Dios, así lo dice Jeremías 29:11 y es ahí donde entra tu fe: en visualizar un futuro de bien y no de mal.
Es de resaltar que en Jeremías 29:11 Dios mismo pone su nombre como prueba de que lo que dice es verdad cuando señala “Dice el Señor”.
Para concluir, permíteme insistir en que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y este es de bienestar, de “Shalom” como dicen los judíos, palabra que significa “paz” y significa “prosperidad”
Lee las promesas que Dios señala en las siguientes citas bíblicas: 3 Juan 2, Salmos 103:3, Deuteronomio 7:15, 1 Pedro 2:24, Filipenses 4:19, 1 Corintios 9:8.
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